Si quieres hacer reir a Dios, cuéntale tus planes...
Hace un tiempo ya, me encontré despidiendo el año en medio de propósitos. Hasta ese momento siempre me marqué, dentro de mis necesidades, las metas más sencillas. Nunca me exigí más de la cuenta pero tampoco llegué a revisar el estatus de mi lista. Era curarme en salud: aunque supongo que dejé mucho sin cumplir, nunca mire para no defraudarme al confirmar que encontraba todo a medio terminar llegado el momento.
Sin embargo este era un año especial, así que me sentí valiente y fui a más. Se me ocurrió que era hora de avanzar, crecer y de poner las bases sobre las que podría construir mi familia en tierra firme. Sentí que era hora de centrarme en mi futuro y aunque sabía que tenía mucho por hacer, más valía que empezara pronto.
Recuerdo que en aquel momento sabía qué quería, cómo lo haría e incluso cuánto me tomaría. Daba por sentado que era cuestión de tiempo, que nada alteraría mi plan porque así estaba decidido. En algún punto olvidé los conceptos de constantes y variables, y si olvidé eso, era imposible recordar que las voluntades son más de lo segundo que de lo primero.
Pase de saber qué quería, tener con quién compartirlo y calcular cuándo podría ser a sólo saber solo lo primero de la lista. Siempre aquello con lo que no cuentas, es lo primero que sale mal. No contaba con esos cambios que se podían dar, no supe prevenirlos, tampoco supe actuar cuando se dieron y fui perdiendo paulatinamente el camino.
Aunque de aquello hace un tiempo y de mi plan original queda poco, mucho de lo perdido se puede recuperar, otras cosas tendrán que cambiar, pero se que sigo queriendo cumplirlo.
Hay cosas que simplemente se escapan de nuestras manos y también muchos planes abarcan más de lo que podemos cubrir. Yo no se dónde estaré esta noche, de hecho, no sé si estaré esta noche. ¿Cómo puedo saber entonces qué haré con el resto de mis días?
Pase de saber qué quería, tener con quién compartirlo y calcular cuándo podría ser a sólo saber solo lo primero de la lista. Siempre aquello con lo que no cuentas, es lo primero que sale mal. No contaba con esos cambios que se podían dar, no supe prevenirlos, tampoco supe actuar cuando se dieron y fui perdiendo paulatinamente el camino.
Aunque de aquello hace un tiempo y de mi plan original queda poco, mucho de lo perdido se puede recuperar, otras cosas tendrán que cambiar, pero se que sigo queriendo cumplirlo.
Hay cosas que simplemente se escapan de nuestras manos y también muchos planes abarcan más de lo que podemos cubrir. Yo no se dónde estaré esta noche, de hecho, no sé si estaré esta noche. ¿Cómo puedo saber entonces qué haré con el resto de mis días?
La única certeza que te deja el andar de los días es que la vida se acaba, con penas o con glorias, pero se acaba. El asunto radica en hacer lo mejor que puedas con los recursos que tienes y el tiempo que te queda en todos los sentidos.
Entendí que mi vida no es una empresa, en la que si no estoy, alguien seguirá con la idea que dejé por cumplir. De poco sirve detallar tus planes, si el viaje por la vida es caprichoso y las voluntades, cambiantes. Ahora se que aunque sigo teniendo un propósito, no se cuál es mi hoja de ruta. Espero llegar, pero no se con qué me puedo encontrar en la vía.
Neo.
Pd. De verdad espero sus comentarios aquí o en facebook, twitter (vía @Ernesto_Leon), messenger, mensaje de texto, personalmente, como prefieran.
Pd. De verdad espero sus comentarios aquí o en facebook, twitter (vía @Ernesto_Leon), messenger, mensaje de texto, personalmente, como prefieran.
Hermanito. Yo siempre he dicho que lo unico que importa de los planes que uno se traza es simplemente cumplirlos, ahora bien, sabiendo esto te das cuenta que es mas una meta en vez de un plan.
ResponderEliminarAcertó aquel que dice que si quieres que algo falle, haz un plan para que se cumpla.
Saludos Hermanito, buenisima entrada.
"Acertó aquel que dice que si quieres que algo falle, haz un plan para que se cumpla."
ResponderEliminarMaldición de frase, 2 o 3 cosas nomás serán más ciertas que eso.
Entendí que mi vida no es una empresa, en la que si no estoy, alguien seguirá con la idea que dejé por cumplir. De poco sirve detallar tus planes, si el viaje por la vida es caprichoso y las voluntades, cambiantes. Ahora se que aunque sigo teniendo un propósito, no se cuál es mi hoja de ruta. Espero llegar, pero no se con qué me puedo encontrar en la vía.
ResponderEliminarCabezoncito me gusto bastante esa parte de verdad q al leer esto, Me hizo pensar de una diferente manera! Y ya sabes el porq!
Cuidate mucho, Oiste, Siempre son exitos!
Maria Rosa <3
Lo importante es disfrutar la elaboración de los planes! Y hacer de ellos tan espontáneos como originales... Así, si el plan no te funcionó (por su característica tan cambiante), viviste a plenitud su crecimiento!
ResponderEliminarTe Quiero Padre! Siempre orgullosa de ti!
Como alguien me dijo una vez, apunta hacia la luna q aunq t equivoques llegaras a las estrellas pensemos en grande q si los caprichos de la vida no nos permiten llegar a lo grande de nuestros sueños nos acercaremos mucho.... EXCELENTE PADREEE YA EL NIETO ME DEJO LEER :p
ResponderEliminarEl asunto radica en hacer lo mejor que puedas con los recursos que tienes y el tiempo que te queda en todos los sentidos... Me haces pensar diferente! Muuack t kelo neto
ResponderEliminarNeo la verdad me gusto mucho y me parece una buena reflexion para cualquier persona q crea q su vida ya no tiene sentido o ya no tiene algo por lo q luchar, ya q muchas personas siente q no son nadie sin otra a su lado... En esta vida uno es y hace lo q uno se traza y lucha por tenerlo o conseguirlo...
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