martes, 12 de marzo de 2013

13 de marzo



Hoy me toca vivir uno de los días mas nostálgicos que en la vida me toca vivir, y aunque ya la primera linea puede sonar con un un poco triste, no es mi intención. La verdad espero poder despertarme en muchos días mas como este.

Siempre me despierto pensando a donde iré, si está muy lejos, si tengo que hacer paradas de descanso o si es imperativo apurar el paso porque estoy quedando fuera de carrera. No me gusta tanta pensadera pero es que simplemente no lo puedo evitar.

A medida que se desarrollan los hechos mi manera de pensar varía. Empiezo a pensar, a dónde fui  si acaso mi meta estaba lejos y cuanto me falta para llegar, si debo descansar o seguir intentando. Los mensajes no se hacen esperar y yo me veo a mi mismo entre un estado de agradecimiento e indiferencia ante las muestras de apoyo y cariño y es porque no sé como asimilarlas. Lo único cierto es que, dado el momento, es hora de sacar cuentas.

Mis conclusiones por lo general nunca son buenas y eso se debe a que no me gusta mi producto, no creo en él. Pero apenas termino de darme cuenta que pensar ayuda, pero no te resuelve los problemas. Me ha tocado despertar y ver el sol de hoy , al igual que unas 26 veces anteriormente y pienso que tal vez no sea casualidad que aún siga haciéndolo. Para mí es un día de reflexión, de toma de decisiones, pero también para disfrutar y agradecer y esto es lo más importante que yo en estas palabras puedo expresar.

Disfrutar porque solo se da una vez al año y es en ese día cuando te das cuenta que la vida no es tan larga como parece y vives cada una de esas horas agradeciendo más que en cualquier otro día el simple hecho de poder respirar. 

Lo menos que puedo hacer es agradecer en primer lugar al mismo Dios. Luego a mis padres por darme el regalo mas grande que pudieron haberme dado: mi existencia y servirme de guía durante todos estos años y haberme convertido en lo que actualmente soy. Y por último a todos mis seres queridos, (esos que llaman amigos) que por desgracia son pocos pero bien sabrán ellos que intento mantenerlos a toda costa, ya que ser amigo mío no es tarea fácil.

Pido perdón por los errores cometidos, por las decepciones. Sé que a veces no doy lo que ustedes esperan de mí, pero espero sepan apreciar mi esfuerzo.

Yo la verdad, lo único que considero de especial este día es lo querido que toda esta gente me hace sentir hoy. Para mí, no hay mejor regalo que ese.

De corazón, mil gracias.

Feliz Cumpleaños para mí.


lunes, 25 de febrero de 2013

Roja Luna Llena


Despiertas y te levantas ese día sin la certeza si la veras, ni siquiera sabes si acaso estará ahí cuando te provoque o necesites verla, todo lo que sabes que abrazas al sol mientras la esperas.

Para todos aquellos que nos gusta admirar esa belleza extraña que tienen algunas es un momento para detenernos y reflexionar si algún día podremos alcanzarla y tenerla mucho mas cerca. Pensamos en las cosas que necesitaríamos hacer para lograrlo, en lo distante que sabemos que esta y en esa mera ilusión de sentirla junto a nosotros.

Llega el momento y la ves. Te quedas pasmado sólo viendo lo hermosa, grande y a la vez extraña que es. Te dan ganas de hacer cosas que nunca has hecho y luego reflexionas y te das cuenta que ella siempre estuvo ahí pero ahora solo lleva puesto ese disfraz que te obliga a admirarla. Todo forma parte de su conspiración  para llamar la atención y sentirse aun mas especial. Lo hace solo con la intención de ilusionar a quien se detenga a verla.

Te das cuenta de esto porque con el tiempo va cambiando. Una vez que estas cerca vuelve a ser la misma de siempre. Tan brillante y pequeña que te deprime, te quita toda esperanza de tocarla aunque sea una noche. Con el transcurrir de las horas, o tal vez minutos,  ella misma te hace recordar y tener muy presente lo lejana que está. Tanto que sólo una ayuda divina te haría cumplir el objetivo.

Es esa luna roja con su ilusión que te hace ver cosas que no son. Consigue de alguna manera revivir sentimientos que creías muertos, te confunde, te arropa con su rara grandeza para luego echar por tierra todos esos pensamientos a medida que va subiendo escalones en el cielo y se muestra como lo que es: Una piedra solitaria en medio del vacío.

En esa noche de roja luna llena pude tener el tiempo de sentarme a pensar en lo que sentía en ese momento pero no fue la luna la culpable de mi desconcierto. Fue ella con su voz que nunca escuché, con esa mirada que nunca me detuve a ver, con ese abrazo que nunca me dio. Fue ella la culpable, aunque cada vez me convenzo mas de que tal vez sea yo mismo el portador de toda la responsabilidad.

Soy yo, quien sigue con su afán de deseos de cosas imposibles.